
El cambio climático es una realidad ineludible y las acciones para enfrentarlos son asimismo impostergables. En estos últimos años el cambio climático ha constituido una amenaza real sobre el bienestar de nuestra población y sus manifestaciones actuales se observan en el aumento del precio de los alimentos, la disponibilidad y la calidad de la energía y el agua, así como el aumento de la vulnerabilidad frente a eventos hidrometeoro lógicos.
Todos tenemos la obligación de proteger los ecosistemas, que debido a su importancia para la biodiversidad y sus servicios de amortiguamiento de los cambios climáticos actuales y futuros, deben cuidarse y utilizarse en forma sostenible con el apoyo de alianza sociedad civil-público-empresas privadas a todo nivel, municipal y nacional.
A su vez debemos de trabajar en una agenda en común e incentivar las actividades empresariales que favorezcan la adaptación y la mitigación al cambio climático, y la búsqueda de generación de energía a partir de fuentes renovables y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles, la gestión sostenible del recurso hídrico y la seguridad alimentaria.
Seguidamente debemos de desarrollar y fortalecer la capacidad local para abordar esta situación, uno de los elementos claves está relacionado con los esquemas de comunicación interinstitucional y multidisciplinaria del problema, y de las potenciales soluciones en todos los ámbitos del país.
Las empresas responsables con el ambiente, los recursos naturales y con las comunidades saludamos este tipo de iniciativa y especialmente a este espacio intersectorial denominado feria nacional de la tierra, pues estamos convencidos que solo juntos podemos enfrentar los grandes retos del cambio climático.
Un calentamiento global significativo de la atmósfera tendría graves efectos sobre el medio ambiente. Aceleraría la fusión de los casquetes polares, haría subir el nivel de los mares, cambiaría el clima regional y globalmente, alteraría la vegetación natural y afectaría a las cosechas. Estos cambios, a su vez, tendrían un enorme impacto sobre la civilización humana. En el siglo XX la temperatura media del planeta aumentó 0,6 ºC y los científicos prevén que la temperatura media de la Tierra subirá entre 1,4 y 5,8 ºC entre 1990 y 2100.
Asociada también al uso de combustibles fósiles, la acidificación se debe a la emisión de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y por los escapes de los vehículos a motor. Estos productos interactúan con la luz del Sol, la humedad y los oxidantes produciendo ácido sulfúrico y nítrico, que son transportados por la circulación atmosférica y caen a tierra, arrastrados por la lluvia y la nieve en la llamada lluvia ácida, o en forma de depósitos secos, partículas y gases atmosféricos.
Es necesario saber que el dinero, los máximos poderes no son importante ante este fenómeno puesto que grandes naciones con desarrolladas tecnologías y maquinaria fundamental para evitar estos cambios demuestran no tener la suficiente capacidad para subsanar todo el daño que han generado por su mismo desarrollo (Industrias) y por las grandes emisiones de gases tóxicos (Invernaderos) letales para nuestra vida.
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